Saturday, February 10, 2007

99 formas de correrse la paja (sólo para hombres)

-Se abre la sesión. ¿Juráis que lo que se hable entre estas cuatro paredes no saldrá de este lugar? A la cuenta de tres digan: ‘‘Sí, juro’’. Uno, dos... tres.
(Todos).
-¡Sí, juro!
-Secretario, proceda a dar lectura al acta, por favor.
-Cómo no, señor Presidente. Esta jornada nos tiene reservados dos puntitos.
-Lea, no se haga el importante.
-... A vos no más te gusta.
-¿Qué fue ese cuchicheo que le salió de la jeta?
-Jeta tienen los negros, Su Excelencia Reverendísima.
-¡Protesto, señor Presidente!
-A callar, Paredes. Y a usted, secretario, ¿acaso debo interpretar sus palabras como una encubierta sublevación?
-Lo último que estaría en mi mente, Capitán General del Sexo, menos en estos tiempos de desobediencia generalizada en que se ha perdido el respeto por las jinetas, las sotanas y hasta por los honorables parlamentarios del Congreso. Sólo dije que hay dos puntitos, el puntito de arriba y el puntito de abajo.
-Bien. Lea el de arriba y luego el de abajo.
-El de arriba dice: 99 formas de correrse la paja. Entre paréntesis se agrega: sólo para hombres.
-¿Y el de abajo?
-El de abajo dice: Con los tiempos que corren, ¿podemos seguir debatiendo como lo hacemos sin temor a ser denunciados a la justicia por homofóbicos, racistas y aracnóficos?
-¿Por qué aracnóficos?
-Porque Muguita dijo el otro día que les tenía miedo a las arañas, Su Señoría.
-Eso no se llama aracnofia, sino aracnofobia. ¿Es cierto lo que dijo el secretario, Muga?
-Afirmativo, Gran Gurú. Cuando era chico y estaba en un campamento de los boy scouts desperté un día con una araña peluda en el poto.
-¿Se fijó si la mano del instructor tenía vellos?
-Uy, Su Excelencia, no se atreva a insinuar lo que con el tiempo se convirtió en la causa mayor de mis insomnios...
-Hum... ¡se ofrece la palabra!
-Pido la palabra con todo respeto, señor Presidente.
-Hable, Camilito.
-Para decir, si mi pensamiento no se halla perdido más allá de las fronteras del sentido común, que tratemos solamente el puntito de arriba, vale decir las 99 formas de practicar el onanismo, puesto que la lógica más supina nos indica que si de estas paredes no puede salir nada, es imposible que nuestros comentarios homofóbicos y xenófobos, quiero hablar con esto último del odio a los negros de mierda...
-¡Me humilla de nuevo el carita de francés, señor Presidente!
-Está en lo cierto, Paredes. Rectifique sus palabras, Camilito.
-Rectifico, Su Señoría. Hablo con esto del odio a las paredes de color zulú que valen callampa.
-¡Te mataré! ¡Esta vez ni Pepe Gai te salvará, maldito!
-¡La versión flaite de Nelson Mandela me quiere agredir, Su Excelencia!
 -¡Tarjeta roja a los dos! Expulsados de la sala por cinco minutos.
(Se cumple el castigo con la sala guardando un monótono silencio, roto por el sonido del cortauñas del Caballo Urzúa).
-¿Uñas o garras, amigo Caballo?
-Uñas, Magnánimo Amo. Largas. Me dejé estar. Lo admito. Cuando vivía en El Salvador tenía la costumbre de no dejar transcurrir más de...
-¡Que vuelvan a la sala!
(Entran).
-Dense el saludo de la paz.
-La paz, Camilito.
-La paz, Hermano Paére.
-Prosiga, Camilito.
-Gracias, señor Presidente. Decía que el puntito de abajo no tiene razón de ser por los argumentos que desarrollé.
-Se vota. Levanten la mano los que votan por tratar sólo el punto de arriba.
(Levantan la mano).
-¿Cuántas manos contó, secretario?
-Muchas, señor Presidente, menos la suya y la mía.
-Le recuerdo que usted no tiene derecho a no votar, porque es secretario. Así que levante la mano o bájela.
-... De nuevo me cagaste culiado.
-¿Dijo algo?
-Sí, Su Excelencia. Mayoría absoluta por cancelar el punto de abajo.
-Bien. Ofrezco la palabra para hablar del punto de arriba.
-¡Pido la palabra, señor Presidente!
-Hable usted, Vega.
-Gracias, Sultán Maharajá. Como se recordará, la tabla se anticipó hace unos días por Twitter, de modo que vengo preparado, al igual que varios, según me han comentado tras bambalinas.
-Qué bien. Eso los engrandece y nos evitará un tiempo precioso que podremos destinar al segundo tiempo del partido de la Juve. Le ruego que anteponga el número correspondiente para no perdernos y llegar limpiamente al 99.
-Leo los aportes que traje, Su Excelencia. 1.- Atrape a un mosco verde con sumo cuidado y córtele un ala. Sumérjase en la tina y haga emerger la cabeza del pico desde la profundidad del agua caliente, de manera que adquiera la forma de un periscopio. Instale con máxima precaución al mosco sobre la cabeza del pico. Con el vapor que emerge del agua el mosco tenderá a huir, pero su caminata eterna más su aleteo enloquecedor en el glande y sobre todo en el frenillo mandarán cortado al onanista y también al insecto inválido, que perecerá cubierto por la "lava blanca".
-Esa técnica la probé hace tiempo y no me resultó, Vega.
-Es que a vos te sobra mosco y te falta pico, Periquito.
-¡A callar! Si cada propuesta va a generar controversia esta sesión se prolongará hasta el infinito. Solamente aceptaré las ideas, sin comentario alguno. Prosiga con sus aportes, Vega.
-Gracias, Zar de los Bajos Instintos. 2.- Una variante del mosco verde consiste en untarse el pico con caca y meterlo en una bolsa de polietileno llena de moscas, con pequeños orificios que impidan la asfixia de los dípteros. Se debe mantener la bolsa cerrada hasta que salga el moquillo. Precaución: se aconseja redoblar la limpieza ulterior, agregándole dos gotas de cloro al jabón. 3.- Si el destino o la genética lo han privado de manos, use el chongo del brazo para deleitarse. 4.- Si sólo cuenta con las extemidades inferiores, practique el onanismo doblando la extremidad derecha, de modo que la planta del pie acceda a su miembro viril. Una vez hecho el contacto, introduzca el órgano sexual entre el dedo gordo y el que viene, y trate de moverse como pueda hasta que el moquillo sea expulsado de la callampa. 5.- Compre una zorra succionadora y desahóguese a placer (en los sex shop venden unas con pelito mohicano). Tome la precaución de utilizar preservativo para no llenar de moco la zorra de goma y después tener que estarla limpiando con Quix. 6.- Si la posibilidad de comprar la zorra succionadora se encuentra muy alejada de su presupuesto, se recomienda adquirir unos dos kilos de bofe en la carnicería (la mayoría de las veces lo regalan, hay que decir que es para el gato). Practique un corte profundo con un cuchillo afilado de poco grosor. Introduzca el pene y frótelo contra las paredes sanguinolentas del bofe hasta que salga moquillo. Si usted padece la parafilia denominada fetichismo, póngale al bofe un calzón de encaje y córralo para el ladito al momento de la penetración. Es lo que traje preparado, pero más rato se me van a ocurrir más.
-Pido la palabra, señor Presidente.
-Hable, Yuyul.
-Mi aporte: 7.- El melón calameño brinda sabrosas pajas. Hay que cortarlo por un extremo, no mucho, sólo hasta que se vea la carne rosada. Luego practicar una ligera incisión, destinada a que el melón no preste demasiada resistencia a la vigorosa acometida, y a continuación mándarselo a guardar hasta que el moquillo se confunda con las pepas. Luego se le puede servir el melón a la suegra. 8.- La cáscara de plátano no es óptima, aunque también conduce al orgasmo. Se debe cubrir el Julio Martínez con Paperas con la cáscara y correrse la paja hasta que salga moquillo. Precaución: luego del éxtasis se aconseja retirar la callampa pues el ácido del plátano da cosquillas. 9.- La yema del huevo produce una sensación agradable en el tronco y la cabeza del pico, debido a su mucosidad transparente. Aunque a veces provoca la formación de burbujas que distraen, fuera de que el merengue se confunde con el moquillo, posee la ventaja de que la penca no queda adolorida después del acto solitario.
-Vamos en nueve...
-Pido la palabra, señor Presidente.
-Diga, Muga.
-Mis aportes, Ilustrísimo Bienhechor de la Humanidad. Número 10.- Me han asegurado, no lo digo por mí, que si la frotación se acompaña con una lupa sostenida por la otra mano que apunte a la callampa, el placer se duplica de la misma forma en que se duplica el tamaño del miembro a los ojos del masturbador. Esta técnica se inscribe en la categoría sicológica, de la cual seguramente hay más ejemplos. Precaución: evitar que los rayos del sol alumbren directamente la lupa durante el proceso. De lo contrario se corre el riesgo de que el pico se incinere. 11.- Al socio que desee experimentar la paja conocida como "pico de caballo" le aconsejo introducirse subrepticiamente por la noche en un predio donde se halle instalado un panal y pillar una abeja medio dormida. Cumplido el primer paso, sugiero tomar la abeja cuidadosamente con dos dedos y apuntar la lanceta hacia el pico, de modo que se clave con toda naturalidad. Luego retirarse detrás de unas matas, esperar unos diez minutos hasta que la hinchazón del filorte adquiera la dimensión de un pico de caballo, alumbrar el filorte y correrse la paja a mano llena. 12.- Una variante indolora de la paja "pico de caballo" es la que sigue: rellene con grasa de carreta el cilindro vacío de cartón del papel confort. A continuación cubra el cilindro con una generosa capa de yeso. Con el yeso aún húmedo, instale a lo largo unos tres a cuatro alambres lisos de buen grosor, en forma serpenteada, cuidando de que solo lleguen hasta unos 4,5 centímetros del extremo delantero. Cuando el yeso se haya secado, cubra dos tercios con plasticina de color café, y el último tercio con plasticina rosada. Dele a este último tercio forma de cabeza de pico. Asegúrese de que los alambres cubiertos por la plasticina den la forma de venas. Erecte su callampa y métala en la grasa del cartón forrado en yeso y plasticina. Haga un hoyito en la punta con un martillo y un clavo de dos pulgadas, hasta que el clavo toque la cabeza del pico. Retire el clavo y accione el "pico de caballo" hasta que salga moquillo.
-Llevamos doce...
-La palabra, señor Presidente.
-La tiene, distinguido Viejo chico vestido de gris.
-Número 13, Su Señoría.- La paja eléctrica se obtiene mojándose el pico y rozando a continuación el sector en que comienza el frenillo con el negativo y positivo de una batería de pila, hasta que salga el cuáquer.
14.- La bomba de vacío, originalmente creada para hacer crecer la diuca, ha terminado por consagrarse como gran instrumento masturbador. La succión de la pera cuando retira el aire dentro de la campana convierte el acto en un delicioso momento de placer para el varón, quien de ese modo aplaca un tanto la frustración surgida luego medir el largo de la verga y comprobar que sigue siendo el mismo. Son mis aportes, Maestro Perfecto.
-¿Alguien más? Llevamos apenas 14.
-¡Yo, señor Presidente!
-Hable, Pollo Loco.
-Número 15.- Introduzca un dedo por el hoyo del poto hasta contactar la próstata. Dele unos toquecitos. Cuando salga moquillo retire inmediatamente la extremidad escogida, para borrar ante usted mismo la sospecha de que es colepato. Ojo: la utilización de más de un dedo entraría en la categoría antes mencionada. 16.- Existen otros elementos para el masaje prostático, entre los que se cuentan el pepino, la zanahoria con pelito al final, el auricular del teléfono, un plátano verde, en fin, cualquier apéndice que llegue hasta el órgano y provoque la expulsión del moquillo, incluso podría servir hasta un consolador con vibrador, pero no un dedo ni una mano femenina o masculina ni la lengua de una vaca viva, porque eso ya entraría en el capítulo de las variedades de cachas.
-Llevamos 16...
-Pido la palabra, Su Señoría.
-Su voz es siempre bienvenida, Saval.
-Gracias, señor Presidente. El aporte número 17.- La Enciclopedia del Sexo, en su tomo VII, página 213, editorial Himen, documenta el caso del austriaco Wilfred Schlundt, quien se sentó desnudo en un piso de tres patas del anfiteatro de la escuela de medicina de la Universidad de Viena, o Alma mater Rudolphina, y sin ningún tipo de tocaciones eyaculó ante el asombro de los estudiantes de siquiatría. Desde esa vez quedó instituido el término die geistige wichsen, o paja mental. Número 18, que practico asiduamente.- Si el manguaco es lo suficientemente largo, de unos 30 o más centímetros, siéntese, eréctelo y succione con su boca hasta que salga moquillo.
-¡Vos po! Ni que fuérai el Indio Rocha.
-¡A callar! Si Saval lo dice, hay que creerle. ¿Nos ha mentido alguna vez, Saval?
-Por las barbas del profeta Elías que no, señor Presidente.
-¿Alguien desea hacer su contribución? Veo que el socio Pastene levanta la mano.
-Así es, Gran Buda.
-Hable, Cabezón de la cabeza de arriba.
-Gracias, Mustafá Infinito. Número 19.- La macaca onírica, o polución nocturna, brinda inolvidables placeres, aunque hay que admitir que el momento de la salida del moquillo va acompañado de cierto dolor. El otro problema es que su mecanismo de acción se origina en el subconsciente, de tal manera que no se puede programar. 20.- Frote el cuchuflí entre dos paletas de pimpón Butterfly modelo Wakaba, mango recto, la de encima con superficie de esponja Bryce Speed FX y la segunda con esponja Sriver G3 FX, de menor dureza. Proceda con movimientos contrarios, sin prisa y sin pausa, hasta que salga moquillo. En lo posible evite que el cuáquer se derrame en la esponja, porque ésta absorbe los fluidos con facilidad y al momento del juego las pelotas pueden quedar pegadas en la paleta. 21.- Afirman los buenos nadadores que el onanismo practicado sin snorkel debajo del agua brinda un extraño tipo de éxtasis que alcanza al frenesí. Ello se debe a la hipoxifilia, o privación del oxígeno con el objeto de aumentar el placer que brinda el orgasmo. Se recomienda hacerlo en piscinas temperadas, ya que en las de agua fría la callampa se recoge hasta su mínima expresión dentro del cuero. 22.- Acuéstese en una cama de dos colchones, a la usanza antigua. Retire la sábana de abajo, introduzca el miembro entre ambos colchones y muévase hasta que salga moquillo. 23.- Rellene de plasticina un hoyo de poste de electricidad. Tome el poste firmemente con sus manos, como si fueran caderas de mujer, y penetre la verga en la plasticina. Muévase hasta que salga moquillo. 24.- Esta técnica la puede practicar mientras usted se toma un café con piernas, mirando a los ojos a una negra colombiana que no le quiere dar la pasada. Diríjase al baño y tras asegurarse de que la puerta esté bien cerrada, amárrese el tronco de la callampa con un hilo de pitilla de aproximadamente 80 centímetros de largo. Enseguida eche el pico hacia atrás, en dirección al poto, como si fuera a culiarse a sí mismo. Suba la pitilla por la espalda por dentro de la camisa y cuando salga por el cuello de la misma prenda agárrela con la mano ubicada sobre el hombro. Ideal es que termine en un lazo que se afirme bien en el dedo elegido. Jale discretamente mientras mira a la negra, hasta que salga moquillo. 25.- Una estimulante variante del hilito consiste en atarse un extremo al dedo gordo del pie y el otro a la diuca. Enseguida vestirse y salir a dar un paseo en bicicleta. Pedalee hasta que salga moquillo.
-¿Alguien más?
-Aquí, Mandamás Perfecto.
-Hable usted, Jorobabel Diéguez.
-Gracias, Su Señoría. Número 26.- Conecte al rotor de un pequeño motor un tubo de metal cuyo diámetro haya sido estudiado previamente de acuerdo con las características de su niño. Échelo a andar para confirmar que quedó bien instalado y el tubo gira sin problemas. Apague el motor y llene el tubo de grasa de carreta hasta los bordes. Encienda el motor y meta con cuidado el pico dentro del tubo y goce con la sensación giratoria hasta que salga moquillo. Precaución: mientras el tubo rota evite por todos los medios tocar sus paredes con el pico, ya que en el mejor de los casos se le va a incendiar y en el peor, cortar en dos. 27.- Ubíquese bajo la cascada Salto del Laja, aguante la respiración y ofrezca el pico a la caída del agua hasta que salga moquillo. 28.- Péguele coletos en el frenillo hasta que brote la leche condensada.
-Llevamos 28...
-Yo, señor Presidente.
-Hable usted, Camilito.
-Cosas que he oído, señor Presidente. 29.- Si el onanista es un voyerista asumido le sugiero que se esconda detrás de una cortina y mire atentamente cuando su novia o esposa entra a la pieza con el patas negras y se baja los calzones para que se lo enchufen. El moquillo fluirá naturalmente. Precaución: disfrace sus pies de patas de gallina, por si llegaran a mirar hacia el lugar donde se encuentra. 30.- Ingrese desnudo a una sala de sonido que disponga de un amplificador de máxima potencia, póngase audífonos anti ruido y coloque un disco de reggaeton con el bajo a su nivel más potente. La onda vibratoria provocará la salida del moquillo antes de la tercera canción. 31.- Eche a andar la citroneta y coloque el pico dentro del tubo de escape, hasta que el calorcito que despide el tubo le provoque la salida del moquillo. Precaución: evite aspirar el monóxido de carbono. 32.- Instale en forma inclinada frente a un columpio un aro de goma del diámetro de su pene. Enseguida erecte su quetejedi y proceda a columpiarse desnudo y con las piernas abiertas, de modo que cada vez que el columpio llegue al extremo frontal el filorte se introduzca en el aro. Colúmpiese hasta que salga moquillo. 33.- En una ladera pronunciada, deslícese por la nieve con el pico al aire hasta que la fricción provoque la salida del moquillo. Precaución: cubra las bolas con un trapito para que no se le quemen. 34.- Una variante de la anterior consiste en ubicarse en una cueva de la ladera repleta de nieve con el pico sobresaliendo en la superficie, disparar luego al aire y esperar la avalancha que provocará la salida del moquillo. 35.- Ate una docena de cordeles de unos 25 centímetros de largo a la rejilla del ventilador. Cómprese un kilo de erizos frescos en el mercado y amarre bien amarrada cada lengüita al extremo de cada cordel. Encienda el ventilador y ponga el pico al frente, de manera que sienta el roce de las lengüitas y experimente así el ansiado orgasmo. 36.- Póngase un elástico con tres vueltas en la base del pico y córrase la paja hasta que se vaya cortado. Ojo: no saldrá moquillo, a menos que suelte el elástico. 37.- Compre una mano de goma con brazo incluido en La casa del disfraz, más un juego de uñas postizas XL (a la venta por 4 mil pesos, incluyen pegamento). Pegue las uñas en la mano de goma. Instálese en una habitación a media luz con incienso, velas, dos copas de champaña e imagínese que entra la Naomi Campbell. Agarre la mano de goma a la altura de la muñeca y córrase la paja con los ojos cerrados hasta que salga moquillo. 38.- Atrape un ratón vivo y cuélguelo del techo. Recuéstese debajo. Introduzca un gato a la pieza no sin antes atarle un cordel a la cola. Ate el otro extremo del cordel al cuero del pene. Espere hasta que salga moquillo. 39.- Procúrese un lustrín, arrodíllese y coloque su callampa sobre él, amarrada con dos hilitos, cosa que quede bien sujeta. Excítela con dos cepillos, como si la estuviera lustrando (idealmente se recomienda el uso de pasta burdeo o incolora). Cuando sienta que viene subiendo el cuáquer pásele el trapito hasta que salga moquillo. La callampa lucirá un brillo envidiable durante tres días.
-Llevamos 39...
-Pido la palabra, señor Presidente.
-¿De nuevo, Vega?
-Sí, Generalísimo. Mientras escuchaba, mi imaginación ideó más fantasías.
-Léalas.
-Está bien. Número 40.- La verdadera paja rusa se obtiene clavando dos melones en una tabla, pegados uno al otro. Frote el pico entre los dos melones, cuidando que el roce del miembro con la tabla no hiera las paredes de la penca, para lo cual se recomienda envolverla previamente (la tabla) con una camiseta vieja. Si la excitación tarda en llegar, pegue dos granos de choclo en las puntas de los melones y trate de chuparlos, sin comérselos. Frote hasta que salga moquillo. 41.- Si usted tiene buenos contactos en el Ministerio de Justicia o en el Servicio Médico Legal, del que depende éste último, consígase una cabeza de mujer y llévela a su hogar. Extráigale los dientes con un alicate (las muelas puede conservarlas). A continuación maquíllela a su gusto, ábrale o ciérrele los ojos, depende también de su parecer, y amárrela sobre la cubierta de un autito a control remoto con pilas nuevas. Accione el autito hacia adelante y hacia atrás, de modo que el cuchuflí se introduzca y salga de la boca, hasta que brote el moquillo. 42.- Si no dispone de autito puede colocar la cabeza en un piso con una piscola arriba, agarrarla de las orejas y remedar el acto de la felación hasta que salga moquillo. 43.- Si no tiene ganas de moverse, meta el filorte, aplástele suavemente la mandíbula y beba de vez en cuando un sorbo de piscola, mientras los gusanitos le hacen cosquillas a la callampa hasta que sale moquillo. Precaución: no olvide ir a devolver la cabeza finalizado el acto. 44.- Si usted le cumplió al Servicio Médico Legal está en condiciones de aspirar a palabras mayores, como por ejemplo el tronco de una mujer culona que haya sido atropellada por un tren (trate de pedirlo con brazos, pero sin piernas). Una vez conseguido, vístala para la ocasión, ate de los brazos el tronco con una cuerda gruesa y pase la cuerda por encima de una viga. Recuéstese. Suba y baje el tronco, de manera que su pene se introduzca con naturalidad en uno de los dos orificios. Espere hasta que salga moquillo. Se recomienda eso sí que la semana previa haga sesión diaria de pesas. 45.- Recorte un trozo de manguera de riego de jardines municipales. Pegue un extremo de la manguera en el centro del plato de un fonógrafo reproductor de discos de vinilo. Enchufe el fonógrafo. Tómelo con ambas manos en posición invertida e introduzca el filorte dentro del otro extremo de la manguera. Eche a andar el pick up a 33 1/3 de revoluciones por minuto. El giro lateral de la manguera en el miembro viril le hará experimentar una sensación jamás sentida. Cuando el cuáquer empiece a pedir paso libre cambie a 45 rpm. y luego a 78 rpm. hasta que salga moquillo. 46.- Salga al jardín de noche y coloque la coyoma sobre un sendero donde pasen caracoles hasta que salga moquillo. 47.- Tiéndase de guata (boca abajo) a tomar el sol sobre un flotador de rueda de camión en un lago en el que sólo habiten pejerreyes. Extraiga la callampa, llénela de gusanitos atados con un elástico alrededor de la cabeza del pico o glande y húndala en el lago. Disfrute los tiernos mordiscos hasta que salga moquillo. 48.- Variante de la anterior y mucho menos compleja: inserte la callampa dentro de un picoroco vivo y resista los mordiscos hasta que salga moquillo. 49.- Mientras prepara leche con plátano, ponga la callampa dentro de la licuadora, cuidando de no rozar las aspas. Si desea beberse la leche, retire la callampa justo antes de que salga el moquillo. 50.- Suba a un bote y reme mar adentro. Mire a todos lados. Cuando se sienta seguro de estar solo saque un remo, cubra la argolla con un guante quirúrgico, practique una pequeña incisión al centro del guante y meta el pico por el hoyito. Déjese llevar por el vaivén hasta que salga moquillo. 51.- Si es usted un masoquista asumido, cuélese de noche en el gimnasio del Club México mientras el guardia ve uno de esos programas de baile. Abra una bolsa de arena, retire la arena con una carretilla con rueda de goma y deposítela en el rincón donde hacen caca los gatos. Enseguida métase adentro de la bolsa y ciérrela, dejando la nariz en el espacio del nudo, para que pueda tomar aire. Espere hasta que los boxeadores lleguen a entrenar a la mañana siguiente y déjese golpear hasta que salga moquillo. 52.- Atrape una laucha viva. Inserte cuidadosamente el pico por el hoyo de la laucha, tratando de causarle el menor daño posible, hasta que vea salir el glande de la boca del roedor. Frote hasta que salga moquillo. Retire el animal tomándolo de las orejas. 53.- En esta época de temblores, gran placer se consigue de la siguiente manera. Amárrese la diuca con un elástico de esos que se usan para tomar la presión. Clave el otro extremo del elástico en el suelo. Espere el temblor y disfrute hasta que salga moquillo. Puede lograr hasta tres macacas en una noche. 54.- Si Dios lo premió sin motivo con una penca más grande que la de Rocco Sifredi, John Holmes y Rasputín, adquiera un guante de béisbol y frote el manguaco hasta que salga moquillo. Esto es por ahora, más rato se me ocurrirán otras.
-Se ofrece la palabra.
-Pido la palabra, señor Presidente.
-Hable usted, Matta.
-Número 55.- Si hay aquí algún hombre de clase al estilo del periodista Guarello, le propongo que visite el club de golf y a la hora del aperitivo le proponga a uno de sus amigos del rubro de la construcción la descabellada idea de convertirse en obrero por un día, "para saber qué se siente". Hecho el contacto, llegue al otro día a la obra, tome un taladro industrial y rompa el pavimento donde le ordenen, de modo que la diuca presione el cuerpo del taladro hasta que salga moquillo. 56.- Y ya que se está en el club de golf, gozando del placer que proporcionan el dinero y la naturaleza, propongo que el onanista aproveche el momento y cuando vayan a cerrar lance una pelotita al hoyo 18 como por casualidad. Diga a los mozos que va a buscar la pelotita y practique el onanismo en dicho agujero, tomando siempre la precaución de mirar hacia todos lados. 57.- Póngase una zunga de nadador de unas dos tallas menos que la suya, cosa que le aplaste el pico de lo ajustada que le quedó. Haga ejercicio tocándose las puntas de los pies con las manos varias veces hasta que salga moquillo. 58.- Aplique un cepillo eléctrico de lavarse los dientes al frenillo del pico hasta que brote el cuáquer. Precaución: no le eche pasta de menta al cepillo. 59.- Inserte la cabeza del pico en el soquete de una lámpara de mesa y encienda el interruptor, de manera que las bolas alumbren la habitación y proporcionen un ambiente agradable para el logro del placer. El contacto con el soquete hará innecesaria la frotación. 60.- Variante de la anterior consiste en meterse una ampolleta diminuta de linterna por el tajo del pico, conectada a un interruptor mediante un ligero cable. Salga al campo de noche y enciéndala, de modo que la cabeza del pico emita un brillo que atraiga a las polillas, cuyo aleteo enloquecedor en la zona del glande deberá ejercer su efecto. No apague la linterna de carne hasta que salga moquillo.
-¿Alguien más?
-¿Puedo aportar algo, señor Presidente?
-Aporte no más, Sargento Roldán.
-Gracias. Número 61.- Prepare una fuente de gelatina con el pico adentro, cuidando de no quemarse. Una vez cuajada póngase un abrigo, abróchese todos los botones y afirme la fuente con las manos metidas en los bolsillos. Haga parar un bus con un movimiento de cabeza y trate de instalarse en el asiento donde vibra el motor. Espere hasta que salga moquillo. Nota: el sabor de la gelatina queda a su elección.
-Llevamos 61...
-La palabra, señor Presidente.
-La tiene, profesor Matusalén.
-Número 62.- Anude el cordel de un yoyó alrededor de la cabeza del pico, enróllelo, erecte el pico y juege hasta que salga moquillo. 63.- Inserte la corneta en el rodamiento de una rueda trasera de camión ubicada sobre una gata y eche a andar el motor, de manera que la rueda gire sin avanzar. Proceda hasta que salga moquillo, echándole siempre agua fría al cogote de pavo con una pera de lavado intestinal, para que no se derrita. 64.- Compre un pasaje a Río de Janeiro con la oferta 2x1 de Almacenes Paris y cuando llegue, quédese en el aeropuerto escuchando la voz de la mujer que anuncia los vuelos, hasta que salga moquillo. 65.- Aproveche su estadía en la ciudad carioca, cómprese un coco y exprímale el jugo con una pajita, lléveselo al hotel y desde su habitación practique el onanismo en el hoyo del coco, mirando a las mulatas en la playa. 66.- En el vuelo de regreso, ingrese al baño, siéntese en la taza, agache el tonto de goma hacia el fondo y tire repetidas veces la cadena hasta que la succión le haga brotar el moquillo. 67.- Consígase una cincha y amárrese desnudo mirando al suelo a la guata de una vaca de propiedad de una campesina ciega, de modo que sus piernas (las suyas, no las de la campesina) pasen entre medio de la ubre (de la vaca) y se flecten hacia la cola del animal, para no ser descubierto (por la campesina ciega). Espere que la noble mujer entre al establo y déjese ordeñar hasta que salga moquillo.
-Ya va faltando menos...
-Pido la palabra, Majestuosidad Perpetua.
-Hable, Bombero lacho.
-Número 68.- Haga un curso de guardia. Ingrese a trabajar en un mall en horario nocturno. Métase al ducto de ventilación y baje a una tienda de lencería. Baile un lento con el maniquí de su gusto hasta que salga moquillo.
-¡Llegamos al 69!
-Pido la palabra, Mustafá del Placer.
-Hable, Periquito.
-Glorioso número 69, señor Presidente.- Ubique la callampa bajo la llave del lavaplatos y ábrala mínimamente, de modo que la gota que cae le golpee la punta del pico. Espere hasta que salga moquillo. Nota: dado que esta forma es conocida como "la paja china" es probable que deba esperar horas para que surja la leche condensada. Por eso es recomendable aprovisionarse de un pan amasado, un par de huevos duros y un papelito con sal. 70.- Muela medio kilo de posta rosada en una máquina manual. Vuelva a meter la carne molida dentro de la moledora, hasta que se llene. Introduzca el dedo sin uña en la moledora y accione la manilla hasta que salga moquillo. Nota 1: para no tener que ir rellenando constantemente se aconseja tapar el ducto de salida de la moledora. Nota 2: no sucumba a la tentación de bajar el callampín bombín hasta el fondo de la moledora. Eso.
-¿Otro?
-Yo, señor Presidente.
-Tiene la palabra, querido socio Castrili.
-Gracias, Cavaliere della Sexualidad. Número 71.- Ponga el tonto de cuatro letras entre las campanas del reloj despertador y espere que suene a las seis y cuarto de la mañana. Apague la campanilla cuando salga el moquillo. Nota: si desea ahorrarse el tiempo de espera puede deslizar el minutero hasta la hora señalada. 72.- Láncese en benji, tomando la precaución de que el Julio Martínez con beatle pase a través del arnés, de modo que una vez realizado el salto los vaivenes del elástico lo froten hasta que salga moquillo. 73.- Adquiera un televisor 3D marca Sony. Proyecte en su aparato reproductor un filme pornográfico 3D y ubíquese cerca de la TV. Cuando el poto que está culiando salga de la pantalla, échele una buena cacha virtual, hasta que salga moquillo. Nota: se consigue un mejor efecto agregándole un sistema de sonido home teather.
-¿Alguien dijo yo?
-Yo, señor Presidente.
-Haga su aporte, amigo Caballo.
-Algunas me las enseñaron cuando vivía en El Salvador...
-Haga su aporte sin mayores comentarios, por favor.
-A su orden, Magnánimo General del Sexo. Número 74.- Entiérrese bajo un hormiguero, de manera que el pico quede justo en la cueva de las hormigas, tomando desde luego la precaución de respirar a través de un tubito que salga a la superficie. Cuando el oso hormiguero meta la lengua usted no se mueva, para no asustarlo. Disfrute hasta que salga moquillo. 75.- Grite ¡fuego! en una disco llena y mientras arranca a la salida, corra mano hasta que le salga el moquillo. 76.- En un baño de mujeres, disfrácese de lámpara de pie y ponga el rollo de papel confort en su manguaco erecto. Deje que las manos femeninas hagan correr inocentemente el papel hasta que salga moquillo. 77.- Meta el pico dentro de un cornetín y sople tratando de sacar "Adiós al Séptimo de Línea" hasta que se vaya cortado. 78.- Apriete el filorte con una llave inglesa hasta que quede plano, luego vaya soltándolo. Repita la operación cuantas veces sea necesario, hasta que salga moquillo. 79.- Reemplace el palo del emboque por su callampa y juegue hasta que salga moquillo. 80.- Fabrique 20 a 30 bolitas de papel de reducido tamaño, métaselas al bolsillo y entre de noche a un gallinero, sigilosamente. Ponga el Julio Martínez con flecos sobre el palo del gallinero, de manera que alguna de las gallinas lo confunda con el palo y se agarre a él con fuerza. Cada vez que la gallina se quede dormida lance una bolita contra la pared de tablas del gallinero, cosa que el plumífero se despierte, se desestabilice y vuelva a afirmarse del palo. Lance bolitas hasta que salga moquillo. Precaución: ojo con el gallo. 81.- Si usted es astronauta, aproveche uno de sus paseos espaciales para sacarse la diuca del traje y correrse la paja con guantes, de modo que el moquillo se siembre en el infinito. 82.- Inserte la diuca a lo largo de un tubo de ensayos en cuyo fondo se halle un sapo vivo, de modo que la falta de oxígeno confunda al sapo y lo haga respirar por la rajita del pico. Retire la callampa luego de la salida del moquillo, o cuando el sapo se ponga morado. 83.- Introdúzcase subrepticiamente a un garaje. Meta la corneta en un pistón engrasado y échelo a andar, de modo que se produzca una correcta articulación de la biela y el cigüeñal. Aproveche el moquillo para aceitar el motor. 84.- Meta el pico en una letra O bien redonda y use comillas para frotarlo hasta que salga moquillo. 85.- Para pieles extremadamente sensibles. Dispare argollas de humo de cigarrillo que se disuelvan en la cabeza del pico, una tras otra hasta que salga moquillo.
-Llevamos 85...
-Pido la palabra, señor Presidente.
-Hable, Paredes.
-Número 86.- Ate ambos pies a una carreta de bueyes y deslícese de guata por el camino, con el pico echado hacia adelante, hasta que salga moquillo. 87.- Abra la ducha teléfono al máximo, con agua tibia, y lleve el chorro fino hasta el frenillo hasta que se vaya cortado. 88.- Prepare un hot dog con el pico y frótelo. Cuando salga moquillo empléelo como mayonesa. 89.- Ate la pichula al péndulo de un reloj y siéntese a leer "El Mercurio" con las piernas abiertas, enfrentando el reloj de costado hasta que salga moquillo. 90.- Incruste el pico en una manguera de parque público y abra el grifo. Una vez que haya salido el moquillo cierre el grifo, para no derrochar agua. 91.- Péguese un maní sobre la cabeza del pico. Cuélese en el zoológico de noche. Acérquese a la jaula del elefante y cuando estire la trompa ponga el pico en la reja. 92.- Si en medio de una fiesta comienzan a jugar a la gallinita ciega, súbase a unos zancos, saque la penca al aire y póngale anteojos para que cuando se la agarren la confundan con una nariz. Cuando salga moquillo diga que tiene romadizo. Corra enseguida a esconder los zancos.
-¿Alguien más? Quedan apenas siete para llegar a la meta.
-¡Se me ocurrieron otras, señor Presidente!
-Dígalas, Yuyul.
-Número 93.- Construya un túnel que llegue justo debajo del altar de la Catedral y practique un pequeñísimo orificio que salga a la superficie. El Jueves Santo ubíquese debajo, con un taladro eléctrico en la mano, y al momento del lavado de pies haga funcionar el taladro debajo del lavatorio correspondiente, justo cuando suenen las campanitas. Suba el pico por el hoyito para que haga de tapón. Déjese acariciar por las plantas de los pies del curita o por las manos del obispo hasta que salga moquillo. 94.- Póngase el manguaco entre los muslos y tirite hasta que brote cuáquer. 95.-A quien posea callampa de topo, de las que no salen a la superficie, le recomiendo usar un sopapo de preferencia manual, tipo acordeón; los venden en los supermercados. Aquellos sopapos que terminan con un palo son más incómodos, pero también sirven. Hablo por lo que me han contado 96.- Ate la callampa al pedal de la máquina de coser y pídale a la empleada que le haga la bastilla del pantalón. Mientras ella pedalea y acciona el hilito que moverá adelante y atrás su miembro, tóquele las tetas sin querer para acelerar el proceso de emisión de moquillo. 97.- Súbase a un árbol y busque un nido. Échese gusanos en el pico y acérquelo a los pajaritos nuevos para que se lo chupen hasta que salga moquillo. 98.- Si anda corto de plata y no le alcanza para pagarle a una maraca, métase para callado al Open Door y búsquese a una loca entrada en años. Llévela a un baño y muéstrele el pico.
-¿Alguien más?
-...
-¿Nadie? ¡Llevamos 98!
-No se nos ocurre otra forma, Gran Maestro.
-Somos limitados, Califa del Sexo.
-No servimos para nada, Su Excelentísima Reverendísima.
-No se preocupen. Secretario: anote mi contribución.
-De inmediato, señor Presidente.
-Número 99.- Agarre el pico con la mano y frótelo hasta que salga moquillo.
-¡Increíble!
-No se me hubiera ocurrido...
-Qué imaginación.
-¡¡¡Viva el señor Presidente!!!
-¿Cómo va la Juve, Saval?
-Recién metió un gol Vidal. Lo escuché por los audífonos, mas no quise alertar a la muchachada...
-¡Se cierra la sesión!

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